1º La reflexión
Sólo van unos pocos días del mes de octubre y se me ha hecho eterno. Es que este es mi mes, en octubre cumplo años, y este año cumplo 30. Qué fuerte.
Recién me detuve a pensar que es harto; a los diez miraba a mis tías treintonas y eran para mí mujeres grandes, hechas y derechas, con una vida encaminada y un futuro bastante claro, lo que esta muy lejos de mi realidad.
Entonces reflexiono, ¿que debería estar haciendo una mujer normal a los treinta?, formando una familia supongo. Bueno, yo estoy formando una, somos dos (mi hijo y yo); supongo que igual cuenta. Estoy trabajando y me gusta mi trabajo, no me estoy haciendo rica, pero es lo que hay. Me compre mi primer auto (en miles de cómodas cuotas), solita, sin el auspicio marital, con el que por cosas del destino ya no cuento....ok. Entonces aparece mi gran duda, ¿estoy por lo menos cerca de lo que debería ser una mujer normal a los treinta?.

2º La preparación
Cuando comenzó el 2007, pensé en este día y decidí que ya que no puedo evitar la llegada de los años. Esperaría tan importante fecha en las mejores condiciones físicas y mentales que pudiera, y aquí estoy…, igual que en enero.
Nunca fuí al gimnasio. Compré el CD de Pilates, ropa de pilates, me mentalice en las técnicas pilates, y después de media hora ya estaba enferma de los nervios. Del yoga, ni hablar; mi pobre espalda atrofiada de tanto estar sentada frente al computador no resistió más de una par de posturas.
Hasta pensé que a los treinta podría hacer mi primera incursión en el mundo del botox, para aminorar el paso del tiempo, pero nada de eso resultó, porque en el fondo, bien en el fondo, me dí cuenta de que nada de eso importa tanto como yo creía.

3º La conclusión
Y llegó octubre, y no entré en pánico como esperaba ni me deprimí. Quizás eso de que los años van dejando experiencia y madurez, no era tan falso como yo pensaba. Tal vez algo hay de cierto en que la edad se lleva por dentro. No sé, la cosa es que voy a cumplir treinta y no me importa…
He pensado en hacer un análisis de mis treinta años de vida, mirar atrás, ver mis logros, mis fracasos, los sueños, pero tengo plena certeza de que sería buscarle la quinta pata al gato. Para qué, si hay sueños que no se cumplieron, hay proyectos que fracasaron, mala suerte y nada mas. En resumen, me ha ido bien, tengo un gran amor (aunque tiene seis años), soy feliz con lo que tengo (que no es mucho pero me alcanza), y cuento con mi familia y grandes amigos; y sobre todo, siento que tengo toda una vida por delante...
A los treinta, ¿qué mas podría pedir?