Reflexionando sobre DISCRIMINACIÓN RACIAL


Por Alexander Medeiros

El diccionario define prejuicio como aquella actitud discriminatoria hacia determinadas personas. Es probable y tomando como punto de partida dicho concepto, que quienes nunca hemos salido del país y experimentado la sensación de integrarnos con otras culturas, siempre nos quedaremos chicos a la hora de analizar o ver lo que sucede afuera de nuestras fronteras. Como estoy seguro que lo dicho sonará bastante a lugar común, es necesario contextualizarla.
La agresión que sufrió una inmigrante ecuatoriana en el metro de Barcelona tiempo atrás por parte de un ciudadano de ese país fue portada y generó discusión en todo España. Por supuesto, Latinoamérica entera se conmovió por ello. Dicha noticia se enmarcó en un caso de racismo y todos quienes recibimos esa información a través de la prensa condenamos el hecho como tal.
Una agresión de cualquier naturaleza es condenable y puede que efectivamente se haya tratado de un caso de xenofobia. El punto es el siguiente: quienes no estuvimos presentes físicamente y por lo tanto no vimos el hecho en si, nos quedamos con la sensación de que efectivamente fue un acto racista, lo cual puede ser verdad o un hecho cuestionable, ya que además, el agresor llevaba 10 años de tratamiento psiquiátrico. Por qué.
Cada vez que ocurre un hecho tendemos a enmarcarlo o tratar de que encaje en un contexto, que dada nuestra construcción mental, nos parezca el más adecuado. A veces esa imagen puede ser limitada porque nuestra visión del mundo es pequeña o quede chica porque nuestras herramientas de análisis también sean limitadas. Si algún día viajo a España por trabajo o como turista, tal vez no me detengan en un aeropuerto o alguien trate de pegarme. El caso puntual de esta chica no es distinto de lo que ocurrió cuando los Reyes Católicos expulsaron a los árabes de la península o de lo que pasa hoy en Chile con los peruanos, bolivianos o argentinos.
Lo mismo sucede cuando escuchamos, leemos o vemos las informaciones que nos llegan de Medio Oriente respecto a las peleas entre palestinos e israelíes. Cuando aparecen nos impactan y tendemos a pensar que realmente son situaciones conflictivas. No quiero decir que los hechos en sí no existan, pero quienes sabemos de concepciones informativas, sabemos también que a veces las noticias se construyen a partir de nuestras propias interpretaciones de la realidad.