Chic to chic con el jet set criollo

Por Lily Morgan

Hace unos días se finalizó la campaña de la Teletón de este año y por cosas de la vida, o cosas del “fúrbol”, como diría un pelotero compañero de universidad, me tocó colaborar en la producción local de la gira.
Nunca había visto tanto “farandulilla” junta, no sólo tops como Don Francis o la Bolocco, sino que también de esa clase de personajes de los que dan jugo como condenados y que son las delicias de los programas de mediodía santiguinos.
Para empezar me toco la “difícil” misión de ir a buscar al “Ruperto” al aeropuerto. Mientras iba en camino pensaba ¿¿cómo @#%$€ es el Ruperto sin maquillaje??? y ¿¿cómo diantres se llama este gallo??, ¿¿por qué miércale nadie me pasó un letrero para que este curagüillo personaje llegara solo donde estuviese yo??.
Llegamos al aeropuerto y me pegué cual ventosa a los ventanales del área de desembarque, veía un tipo de gafas y juraba que era Cristian (me acordé del nombre, ya que por suerte la neurona regalona me funcionó), pero nada. De repente miro, y ahí si que era el mismísimo Ruperto pero vestido de lo más taquillero: el buen jeans y la camisa top con las gafas para pasar desapercibido, ¡¿cómo si alguien lo fuese a reconocer sin ellas poh?!.
Lo saludé de lo más normal y le pregunté qué como habia estado el viaje, y las tipicas preguntas de gentileza. Nos subimos al súper auto de papi (papi es el jefe de mi jefe), y nos fuimos a dejarlo al hotel. Para qué decir que a este cabro se lo tragó el personaje, porque de de dicharachero o conversador no tiene nada, con suerte respondió mis preguntas y sólo me dio las gracias cuando se bajó del auto y chao.
De ahí, de vuelta al aeropuerto a buscar a ¡¡SERGIO LAGOS!!. Ahí si que casi me muero, no sólo porque papi maneja a 100 mil por hora, sino porque iba a conocer al top de los animadores minos de Chile…, igual una puede pelar a Lagos que de repente es medio hiperventilado y que se vendió al sistema y la cacha de la espada, pero al momento de los quiubos igual dan nerviesitos.
Al final llegamos al aereopuerto lo saludamos a él, a la Nicole y a su hermano y músicos, y nos vinimos porque se fueron en una Van más grande. Igual rico, mejor que en la tele en todo caso. La Nicole es chica y el pelo demasiado rojo para mi gusto.
Llegué al lugar del evento y como chica parte de la producción local (¡soy tan bacán!) podía pasearme por donde me diera la gana. Estando tras bambalinas de repende veo a un tipo que me llamó la atención porque lo encontré bastante encachado, pero no entendía por qué venía resguardado. Cuando pasa al lado mío me di cuenta de que ¡era el Rafa Araneda!, casi me caigo del asiento; a mi me carga el Rafa y vengo ahora y lo encuentro mino es el colmo (qué le está pasando a mi gusto tan refinado, me decía a mi misma).
Después empezaron a llegar los que venían en el tren. La Coté Quintanilla (no es tan alta como se ve en la tele), la Catherine Orellana (está muy flaca), la Sonora de Tommy Rey (elegantes de pies a cabeza), Pali (el hijo de Marcelo de Cachureos), Tronik, Croni-k, y algunos grupos que ni cachaba, y de guinda de la torta llegó don Francis y la Bolocco, que causó revuelo absoluto, si hasta mi jefecito quedó prendado de la “diva” que en mi opinión algo se hizo en la cara porque mirándola de cerca tiene los pómulos bastante tirantes.
¡Ah!, se me olvidaba la más figuretti, personaje chanta y polilla de todas, la “Luly”. La embarró la mina, más polilla y posera que ninguna. Parecía que las siliconas en cualquier momento salían disparadas y le volaban el ojo a algún chico mirón, y como todos estaban tan “preocupados” de sus bubys nadie se daba cuenta de que los lentes de contacto azules se le corrían para todos lados dejándola a veces bizca y otras turnia..., o sea, toda una fenómeno (¡si hasta se parecía a Kischner!, jajaja).
Al termino de toda la batahola saqué por conclusión que los bomberos que estaban para evitar cualquier emergencia estaban mucho mejor que todo el ramillete farandulero, ¡de verdad!, había para elegir y regodearse, rubios de ojos verdes, rubios de ojos azules (auténticos), castaños de ojos pardos, morenos de ojos verdes y todos bien formados. O sea, al final en vez de decir “en cada paso estás tú” terminé diciendo a ojos cerrados, “¡Vivan los Bomberos!”.