La verdad que le valió el Nóbel de la Paz

Por XVCV
El gordito gringo con pinta de magnate, Al Gore, no es sólo el ex segundo hombre a la cabeza de la gran potencia mundial EE.UU. Tampoco es solamente el creador de uno de los documentales más sonados del último tiempo, "Una verdad inconveniente". Además de ganar dos apetecidos Oscar en su categoría este año, su investigación llevada a la pantalla grande le ha valido recientemente obtener el Premio Nóbel de la Paz, junto a un grupo de expertos en calentamiento global de la ONU.
Ese es el tema central de "Una verdad inconveniente", una especie de progresión audiovisual de lo que sucederá en el planeta de no frenar aquellas malas costumbres que tienen a la Tierra al borde del colapso. Y su título refleja a la perfección el mensaje central de la cinta; se trata de una directa alusión a la economía mundial que de no cambiar su paradigma de destrucción, va a acabar con todos nosotros y, por ende, con ella misma. Pero como el dinero es el dinero, lo más probable es que las verdades inconvenientes que presenta Gore, sean acomodadas en la cabecilla consumista, hasta que nuestras ideas sean derretidas por achicharronantes rayos solares y/o congelados por una nueva era del hielo.
Básicamente, el ex Vicepresidente demócrata de EE.UU., através de sus experiencias personales y explicaciones con base científica, advierte que de no reducir los gases del efecto invernadero en un período muy acotado, la Tierra va a estar en serios aprietos. Producto del calentamiento, los glaciares se derritirán y el mar subirá arrasando con vastos territorios. Los primeros en sufrir las consecuencias serán los animales, quienes se quedarán sin hábitat, sin comida. De ahí en adelante, si saca bien sus cuentas, sí, venimos nostros.
Todos sabemos, a estas alturas, que algo o más de algo anda mal con el planeta. También estamos al tanto, aunque nos hagamos los tontos, que en cada uno de nosotros habita un exterminador de la vida en el planeta Tierra, sin embargo, preferimos cerrar los ojos y en el último de los casos, echarle la culpa a las grandes empresas o a las "economías".
¡Gente, nosotros somos la economía! y nos estamos farreando la maravilla en que nos tocó existir de una manera descabellada. Prontamente, las grandes catátrofes que estamos acostumbrados a ver en las películas de ciencia ficción, serán protagonizadas por nosotros mismo.
Esto no es más que una invitación a imbuirse en el tema, que es el GRAN ausente de nuestra vida cotidiana. Piense que desde hoy mismo, desde el momento en que lee estas palabras, ud. puede pasar al bando de los concientes y aportar a no aportar con el calentamiento global.
Tal vez la verdad que nos presenta Al Gore sea inconveniente, pero sólo de nosotros depende que pueda transformarse en una verdad SALVADORA.